SENTADA
Sentada frente al abismo de su nombre
recupera los días que siguieron
sus perfectas noches:
No hay ciudad al otro lado del lago..
El viento le susurró su destino,
mientras cosía a su paso los huecos
que en el sombrero dan un respiro..
Protege el surco que la lágrima expuso
al desierto del amanecer sin luz
Las aguas quietas, el reloj sumergido,
tesoro de peces y sirenas
que no saben del calor por las venas,
cuando roza las pecas castañas
aquella mano temblorosa
que hoy visita el pensamiento.
Sentada espera el atardecer,
desnudo el muelle de flores y cabos
sueltos por los bosques,
huellas por las que brinda sobre los robles
al cobijo de miradas curiosas
que no saben comprender este regalo
de estar aquí sentada pensando en ti
abrazada al viento..,
en su verano
Isabel Mendieta Rodriguez
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