Imagen Vicente Romero |
CUENTO DE LOS DOS
Siendo niña te soñaba
cuando de noche me acostaba,
reposaba mi cabeza en la almohada
Siendo niña te soñaba
cuando de noche me acostaba,
reposaba mi cabeza en la almohada
y empezaba a vivir
Escribía el guión de lo que sería
despertar en tus labios
Único, mágico ungüento
para engrasar nuestro cuento.
Cerraba los ojos, cruzaba las manos
con el guisante bajo el colchón
y dibujaba escenas de caballeros
en las sedosas sábanas
Siempre te acercabas,
sigiloso, elegante,
con tu espada y mi estandarte
a mi pequeña habitación,
con un armario de mimbre lleno de espejos
que nos vestía a los dos.
Siendo niña te esperaba...
Ahora te espero, yo.
Isabel Mendieta Rodríguez
Escribía el guión de lo que sería
despertar en tus labios
Único, mágico ungüento
para engrasar nuestro cuento.
Cerraba los ojos, cruzaba las manos
con el guisante bajo el colchón
y dibujaba escenas de caballeros
en las sedosas sábanas
Siempre te acercabas,
sigiloso, elegante,
con tu espada y mi estandarte
a mi pequeña habitación,
con un armario de mimbre lleno de espejos
que nos vestía a los dos.
Siendo niña te esperaba...
Ahora te espero, yo.
Isabel Mendieta Rodríguez
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